Más Allá de la Obra: Paula de Solminihac

abril 20, 2021 Por antenna

En Entrevistas

“Mi práctica no hace más que evidenciar los procesos de transformación en la naturaleza de lo que vemos y lo que no vemos, sin distinguir lo importante de lo insignificante

Paula de Solminihac

Moldes y Series (1999) Examen de egreso Escuela de Arte UC. Arcillas crudas y cocidas.
Foto: cortesía de la artista.

Descríbenos tu práctica artística

En mis primeros trabajos me sentía fuertemente atraída por alinear el proceso, el material y la forma, casi como si fueran los anillos de una caja fuerte, para que apareciera el sentido de lo que estaba haciendo. El trabajo con que salí de la universidad eran bloques cuadrados de arcilla cocida que había cavado para que sirvieran de molde, de los cuales salieron montones de bultitos de arcilla cruda que nunca cosí. Con esto  buscaba expresar a través de su naturaleza blanda y húmeda, su estado vital, versus la inanimación que el fuego había provocado en la matriz.

Entre 1999 y el 2015 entendía mi práctica como un estado de confrontación entre las nociones de mapa y territorio, influida por mis intereses en el arte conceptual, el minimalismo y las obras site-specific de los años sesenta.

El 2015 tuve la oportunidad de participar en una residencia en Galápagos. Cuando fue mi turno de presentar obra, el artista ecuatoriano Adrián Balseca me dijo que él veía úteros, gestaciones y maternidades. Actualmente podría decir que mi práctica no hace más que evidenciar los procesos de transformación en la naturaleza de lo que vemos y lo que no vemos, sin distinguir lo importante de lo insignificante.

Suelo irme por las ramas, mucho tiempo antes de llegar al tronco, porque entendí que el sentido aparece cuando vemos cómo todo está relacionado, como todo se conecta.

¿Cuáles son tus referentes artísticos más importantes y por qué? 

Las mujeres que entre mediados del siglo XX y la actualidad han desarrollado un cierto tipo de escultura abstracta, dejando en evidencia una forma de vida más circular que vertical, más apegada a materiales efímeros que a materialidades firmes y permanentes, que batallan con las biografías de la misma manera que con sus formas. Pienso en Louise Bourgeois, Eva Hesse, Yayoi Kusama.

 Eva Hesse (1968-69) en su casa-taller en el 134 de Bovery.

Hay otro grupo que ha asociado su práctica a la experimentación con formas de hacer  que se entretejen con experimentos educativos y que han ido progresivamente desmaterializando el objeto artístico para centrarlo en una práctica no especializada, ni perfeccionista.

Así se llega a una práctica amateur e ignorante y que se va formando a través del tacto y la intuición, revelando los puntos ciegos que no encuentra el pensamiento sobreintelectualizado.

De ese grupo destaco especialmente a Marie Caroline Richards, poeta, ceramista, profesora de Black Mountain y creadora de otros proyectos colectivos.

Entre mediados del siglo XX y hasta su muerte, en 1999, Richards se afanó en encontrar vías para que su trabajo integrara el músculo la mente y el alma. Fue fundadora de Black Mountain Press y escribió “Centering: On Pottery, Poetry and the Person” (1964), un libro fundamental para quienes nos interesa la cerámica como proceso.

Estudio de cerámica Stony Point, Nueva York (1960).
M. C. Richards (1956) en su taller de Stony Point.

¿Cómo han influido en tus procesos creativos y en tus obras? 

Gracias a ellas comprendí a saber que las cosas tienen sus tiempos propios y que muchas veces pueden pasar años antes de que aparezca el resultado final.

Me enseñaron a apreciar la experimentación, a hacer varias veces “lo mismo” hasta que algo distinto emerge. A resignarse a las preocupaciones que dan vueltas sin encontrar una respuesta o forma definitiva. A evitar los efectos románticos de los materiales prolongando los tiempos de observación sobre las cualidades sencillas que les son propias. 

Me gusta que en mis obras no se vean las costuras ni las transiciones, me gusta que los elementos se fundan a través de datos sensoriales, por más que en el proceso haya estado saltando de un pensamiento a otro.

Para eso, la irrigación entre interior y exterior, la observación del entorno, la atención a las sensaciones y la necesidad de complementariedad con el otro son esenciales.

El sentimiento oceánico, descrito por Romain Roland como la percepción de ciertos momentos en que las fronteras entre el yo y el mundo se diluyen, funciona en el arte como una sensación extraordinaria de estar conectados con el mundo.

Busco la unio mystica y el éxtasis del orgasmo, el flujo continuo del yo y una renuncia provisional a los límites que separan a las partes para interpenetrarse en una confusión armoniosa, es lo que busco. 

La Sala de la Medusa en la exposición Humus (2019), Museo de Artes Visuales MAVI, Santiago.
Foto: Jorge Brantmayer
El Peso de las Cosas (2017).
Foto: Margarita Gómez
De aquí saldrá algo de la exposición El Peso de las Cosas  (2017), Sala Gasco, Santiago.

Con la obra “Kamanchaka” Paula de Solminihac se unirá a las reflexiones en torno al agua en la 23° Bienal de Sydney

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